miércoles, 7 de enero de 2009

El valor de la Santa Misa.

A la hora de tu muerte, tu mayor consolación, serán las misas que durante tu vida oiste.

Cada Misa que oiste, te acompañará al Tribunal Divino y abogará para que alcances perdón.

Con cada Misa que asistes, puedes disminuir el castigo temporal que debes por tus pecados, en proporción del fervor con que la escuches.

Con la asistencia devota a la Santa Misa, rindes el mayor homenaje a la Santísima Trinidad.

La Santa Misa bien escuchada, suple tus negligencias y omisiones. Por ella se te perdonan los pecados veniales que estás resuelto a evitar, y muchos otros que ni siquiera te acuerdas. por la Santa Misa pierde también el demonio su poder sobre ti, tu familia y tus cosas.

Por la Santa Misa ofreces el mayor consuelo a los difuntos para que sean perdonados de sus pecados y reciban la paz y el descanso eterno.

Una Misa bien oída en vida, te aprovechará más que muchas que ofrezcan pot tí después de tu muerte.

Vive la Santa Misa como si fuera:
Tu primer Misa, tu única Misa, tu última Misa.

A todos Paz y Bien.